El capitán del Barcelona sufrió ante el Benfica una luxación en su codo izquierdo y tuvo que ser retirado en camilla el mismo día que volvía a los campos de juego tras dos semanas sin poder jugar por un estiramiento del ligamento cruzado posterior de la rodilla izquierda el pasado 15 de septiembre; que había sido precedido por una fractura de pómulo ante el Getafe. Las imágenes escalofriantes hacían pensar en una lesión aún más grave, pero las noticias que llegaron del hospital fueron tranquilizadoras dentro de lo malo.
Puyol con la máscara (Pómulo)
Estiramiento de ligamento cruzado
Puyol tras las pruebas de su codo
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